Situada estratégicamente entre Europa, el norte de África y Oriente Medio, la pequeña isla de Malta es un auténtico tesoro mediterráneo que ofrece una experiencia cultural, histórica y natural difícil de igualar. Con una extensión de apenas 316 kilómetros cuadrados, es uno de los cinco países más pequeños de Europa y cuenta con la capital más pequeña de toda la Unión Europea: La Valeta.
Aunque tradicionalmente conocida como un destino para estudiar inglés, Malta es mucho más que eso. Su historia abarca más de 7.000 años y ha sido hogar de fenicios, romanos, otomanos y árabes. Incluso su huésped más famoso y querido, el entrañable Popeye, le ha dado un toque único y divertido que acompaña la visita de miles de turistas cada año.
Tabla de contenidos
La Valeta: la joya amurallada de Europa
Pasear por las calles de La Valeta es hacer un viaje en el tiempo. Su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, ofrece un encantador contraste entre sus fachadas decadentes, que recuerdan a Lisboa, y detalles vivos como las puertas y contraventanas en azul, que transportan a la isla a un aire mediterráneo similar a Santorini. La ciudad es famosa por la imponente Concatedral de San Juan, uno de los templos barrocos más impresionantes del mundo, que alberga el mayor cuadro de Caravaggio, “La decapitación de San Juan Bautista”.
Los jardines Upper Barrakka, en lo alto de la ciudad, ofrecen una de las vistas más espectaculares del puerto y un ritual histórico que no deja indiferente: el disparo ceremonial de cañones, que tiene lugar a las 12:00 y a las 18:00, y que recuerda las defensas de la ciudad en tiempos pasados.
Mdina: la Ciudad del Silencio
En el corazón de la isla se encuentra Mdina, conocida como la Ciudad del Silencio. Sus murallas medievales y sus estrechas calles de piedra caliza son perfectas para quienes buscan un ambiente relajado y cargado de historia. Mdina también es famosa por ser escenario de rodajes como la serie Juego de Tronos y por contar con el Palacio Vilhena, sede del Museo de Historia Natural.
Playas y piscinas naturales
Aunque Malta no es famosa por sus playas de arena blanca extensas, sus calas y piscinas naturales son un paraíso para el baño y el snorkel. En Sliema, el corazón turístico, los visitantes pueden disfrutar de una playa rocosa y las cercanas termas romanas de Font Ghadir, piscinas naturales acondicionadas para un baño seguro y agradable. Las islas vecinas de Gozo y Comino completan la oferta con aguas cristalinas y un paisaje submarino de gran valor ecológico.
Vida nocturna y gastronomía en St. Julians
El barrio de St. Julians es el epicentro de la vida nocturna y la gastronomía maltés. Con un ambiente bohemio y moderno, ofrece bares de moda, restaurantes que combinan la tradición con las tendencias internacionales y locales para todos los gustos. Spinola Bay, en particular, es el lugar ideal para disfrutar de un atardecer mientras se prueba la cocina local.
Alojamiento de lujo: Barceló Fortina Malta
Para alojarse, el renovado Barceló Fortina Malta es una opción cinco estrellas que combina confort, diseño y unas vistas panorámicas impresionantes de la isla y la cúpula de la Concatedral de San Juan. Su spa y piscina exterior son el lugar perfecto para relajarse tras un día de exploración, y desde aquí se pueden organizar visitas en ferry a Gozo y Comino.
