Gilles Gaonach / Shutterstock

El Retiro vuelve a cerrar por calor extremo y reabre el debate sobre su protocolo

La capital española enfrenta su primera ola de calor del verano y, como ya es costumbre en los últimos años, vuelve a activarse el protocolo municipal que ordena el cierre temporal del Parque del Retiro y otros espacios verdes ante condiciones meteorológicas adversas. La medida, aunque justificada por razones de seguridad, levanta de nuevo la polémica.

En un momento en el que los parques se convierten en el principal refugio natural frente a las altas temperaturas, su cierre genera frustración entre muchos madrileños. Las autoridades municipales insisten en que se trata de una decisión preventiva, basada en los informes de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que alertan de posibles riesgos como la caída de ramas o árboles, sobre todo durante episodios de calor extremo o fuertes rachas de viento.

El protocolo municipal contempla cuatro niveles de alerta —verde, amarilla, naranja y roja— y es esta última la que implica el cierre total de parques emblemáticos como El Retiro, El Capricho o el Parque Juan Carlos I. En otros espacios, como Madrid Río o la Casa de Campo, se restringen únicamente algunas zonas, mientras que en lugares como la Dehesa de la Villa o el Parque del Oeste se pueden suspender actividades programadas al aire libre.

Para consultar el estado de los parques en tiempo real, el Ayuntamiento ofrece un mapa interactivo a través de su Geoportal. Aun así, muchos ciudadanos se enteran del cierre ya de camino al parque, lo que contribuye al descontento.

Los cierres no son anecdóticos: solo en lo que va de 2025, El Retiro ha permanecido clausurado al menos en 13 ocasiones. Según datos recogidos por El Periódico de España, en temporadas anteriores los cierres llegaron a acumular hasta 43 días entre mayo y septiembre.

Uno de los casos más recientes y controvertidos tuvo lugar el pasado 30 de mayo, cuando la apertura de la Feria del Libro de Madrid coincidió con una alerta roja que obligó al cierre del parque, frustrando tanto al público como a los autores que tenían sesiones de firmas previstas.

Mientras tanto, la ciudadanía cuestiona si es necesario un cierre tan estricto o si podría aplicarse un enfoque más flexible y adaptado a cada parque. Además, en redes sociales se ha ironizado con la paradoja de buscar sombra bajo los nuevos toldos de Sol o Santa Ana, lugares donde se han talado árboles para ejecutar obras recientes.

El debate sigue abierto: ¿protección frente a riesgos meteorológicos o una medida que deja a Madrid sin uno de sus principales pulmones verdes justo cuando más se necesita?

¡No os perdáis ninguna novedad interesante! 😎

Al presionar el botón Suscribirse, confirmas que has leído y aceptas nuestra Política de privacidad.
PUBLICIDAD