En el vasto panorama del ocio acuático en Madrid, hay un punto ciego que apenas se menciona en las guías turísticas. Es el mundo de las playas de interior, las piscinas naturales y las masas de agua que ofrecen experiencias similares a las costas mediterráneas, pero sin necesidad de recorrer largas distancias. En este ámbito, destaca el Embalse de Bolarque, ubicado en Guadalajara, a tan solo 100 kilómetros de Madrid.
A primera vista, el Embalse de Bolarque se asemeja a una playa, aunque con una característica notable: el acceso no es gratuito. Sin embargo, esta pequeña diferencia no ha detenido su creciente popularidad en los últimos años. Los precios de entrada, que han experimentado un aumento gradual en los últimos dos años, rondan los 10€ por persona de lunes a viernes, y los fines de semana y festivos.
La temporada estival marca el inicio de la actividad en el embalse, con su apertura a principios de junio. Su ascenso meteórico en popularidad ha sido innegable. Tras un cierre forzado en el verano de 2020 debido a la pandemia, el embalse empezó a hacer tímidas apariciones en las redes sociales el año pasado, para luego explotar en la atención del público este año, consolidándose como uno de los destinos acuáticos más atractivos de Madrid.
Una de las ventajas más notables del Embalse de Bolarque es su entorno natural. A diferencia de una playa tradicional, aquí se disfruta de agua dulce y sombras naturales gracias a extensos pinares que bordean sus orillas. La amplitud del embalse permite a visitantes de todos los perfiles encontrar su lugar, desde familias que buscan un día de esparcimiento hasta aquellos más aventureros que desean explorar sus aguas en kayaks, con la posibilidad de descubrir lugares como la famosa cueva de las tortugas, habitada, como su nombre sugiere, por estos simpáticos reptiles.
Para los amantes del senderismo, el Embalse de Bolarque ofrece también la oportunidad de disfrutar de rutas panorámicas que permiten contemplar la majestuosidad del entorno. Una de estas rutas lleva a un mirador desde donde se puede apreciar el punto en el que los ríos Tajo y Guadiela se encuentran, ofreciendo una vista impresionante que justifica cada paso de la caminata.
En cuanto al acceso, aunque no existe una opción directa de transporte público, llegar al Embalse de Bolarque es relativamente sencillo. Un desvío previo a Almonacid de Zorita marca el inicio del trayecto, que apenas toma alrededor de una hora y media desde Madrid, convirtiéndolo en una escapada perfecta para disfrutar de un día fuera de la ciudad sin la necesidad de realizar grandes desplazamientos.
En resumen, el Embalse de Bolarque se erige como un destino imprescindible para aquellos que buscan una experiencia acuática única cerca de Madrid. Con su combinación de naturaleza, actividades acuáticas y acceso conveniente, este oasis en el interior ofrece una alternativa refrescante para escapar del bullicio de la ciudad sin alejarse demasiado de ella.